miércoles, febrero 22, 2006

¿El final de qué?

ETA sigue golpeando allá donde puede. Por otra banda, el Gobierno asegura que el final del terrorismo está cerca, que tiene las horas contadas. PSOE y ETA parecen tener interferencias en sus conversaciones. Unos continúan con su actitud inhumana, los otros prometiendo lo que no aparece ni en sueños. Unos dicen que no hay tregua, mientras los otros están convencidos de que habrá tregua de aquí a unos días. Unos dicen que hablan con los otros, y estos últimos aseguran que no tienen ninguna relación con aquellos. Total, que ni el más inteligente sabe de qué va todo esto.

Los socialistas suelen culpar al PP de confiar más en los comunicados de ETA que en los del propio gobierno. Esto es terrorífico, mire como se mire. No sé quién miente, quién engaña menos; solo sé que esta situación puede traer más problemas, más violencia y dar más cancha a los etarras. El gobierno parece que quiera limpiar la imagen de aquellos que la tienen manchada con sangre. Yo no dudo de la bondad de los que ahora controlan España, no dudo que quieran ver a los etarras encerrados entre rejas; pero dudo que sepan como hacerlo. El diálogo, las posibles treguas, sacar etarras de la cárcel…Nada de esto beneficia el fin de aquellos que han causado el miedo en España desde hace 50 años.

La banda terrorista tiene acorralado al gobierno, lo lleva a su campo e intenta sacar provecho. Encima, meten algún explosivo para hacerse notar. Seria muy bonito poder hablar con esta gente, hacerle reflexionar y que entregaran las armas. Pero eso no es posible. ETA lo ha demostrado siempre. Con el PP hubo una tregua, una tregua que podría haber servido para que los terroristas reflexionaran, ¡pero no! Esta sirvió para que pudieran recargar sus armas. Unas armas de las cuales nunca saldrá una bandera blanca o una rosa en son de paz.

Señores del gobierno español, vean la realidad. Cambien el idealismo por el realismo. No todo el mundo cambia en este mundo, no todo el mundo merece tantas oportunidades. Al final, lo acabamos pagando todos, menos los que deben pagarlo.
(publicado en: www.iberiasemanal.tk )

martes, febrero 21, 2006

Por alusiones

El pasado jueves me dipositaban un curioso comentario en mi entrada "Tele-misión Estatut". Alguien llamado Cleveland criticaba mi artículo y ciertos aspectos sobre mi ideología.
Tengo 21 años. Muchas veces nos culpan de ser una generación que no se preocupa por nada ni por nadie. Cuando lo hacemos, nos critican porque según Cleveland no tenemos el suficiente conocimiento ni madurez para opinar sobre política u otros temas relacionados. También me tachaba de ser "un residuo" de la España franquista...De la que promovía eso de "Una, grande y libre". Por último, hablaba sobre mi odio hacia los catalanes y nacionalismos.
Bien, Cleveland...Yo soy catalán, nací en Barcelona hace apenas 21 años, en plena democracia. Procedo de una familia materna catalana y una paterna provinente de Castilla. Una mezcla que me hace ser un "charnego". No odio Catalunya ni la desprecio, es más: la adoro. La adoro como tierra, como comunidad...Adoro su cultura, su lengua...Pero también adoro que todo esto no esté por encima ni por debajo de nuestro país, España. Para mí, Catalunya es España y España es Caalunya (como lo son el resto de comunidades y regiones). Los nacionalismos no los persigo, solo discrepo de ellos. No me gustan los nacionalismos que, en definitiva, tienen intenciones independentistas. Lo siento si a alguien le ofendo, pero es así.
Tampoco soy un residuo del franquismo, ya he dicho que nací y crecí en plena democracia. Defiendo la democracia, aunque como diría Churchill "es el peor sistema político, a excepción de todos los demás". Nada es perfecto. Si defender una España unida en valores, grande en futuro y libre de opinión es ser franquista, mal vamos. Sé que esa frase va atada al Caudillo, pero aplicada en la España demócrata, podría darse por buena perfectamente. No me importó que me llamara residuo, ni mucho menos, lo que me preocupó es que seguí viendo con su sentencia que a la derecha se la continúa calificando de franquista, aunque llueva y los mares cambien su rumbo. Pero bueno, si la derecha y el PP son un residuo del franquismo, ¿no son los otros un residuo de la España del 34, aquella que perseguía curas y monjas e instalaba checas para eliminar a todos aquellos que no pensaban igual? No lo sé, yo no lo creo...Pero parece que algunos se empeñan.
Por último, comentarle lo de la edad. Si con 21 años no puedo opinar de lo que veo, de lo que pienso y de lo que creo, es que realmente: estamos en una dictadura o un totalitarismo típico del s. XX. Por aquellos tiempos, los regímenes más tiranos usaron la pasión de los jóvenes para crear futuros demonios. Ahora, en pleno s. XXI parece que la razón ha vuelto...Si los jóvenes no la podemos usar, ¿que será del futuro de nuestro país y del mundo? No lo sé, pero prohibir el pensamiento va contra el progreso.
Bien, espero sus comentarios Cleveland. No quiere empezar ninguna batalla diaéctica con usted, solo intercambiar posturas para que todas las opiniones sean oídas. Termino con una sentencia de Fernando Savater, que califica de "idiotas" a los que no se interesan por la política. Puede que sea exagerado, pero no va mal encaminado.
"Idiota: Del griego idiotés, utilizado para referirse a quien no se metía en política, preocupado tan sólo en lo suyo, incapaz de ofrecer nada a los demás." (Fernando Savater)

jueves, febrero 16, 2006

Tele-misión Estatut

Hoy por hoy (no quiero hacer publicidad a la SER, aunque la necesite) más que hablar de televisión pública catalana deberíamos hablar de televisión pública catalanista. Programas, informativos, hasta series nos hablan de la independencia de Catalunya como algo común a todos. Si todos pensásemos igual, sería perfecto, pero como por suerte esto no es así, algunos nos sentimos atacados cuando a través de la cajita tonta nos llegan las palabras “independecia y Estatut” como si de un caramelo se tratara. Un caramelo envenenado. Un veneno que escuece. Un veneno que quiere cargarse lo que costó miles de años unir.

Los medios (los políticos lo saben bien) pueden llegar a ser el primer poder, el más influyente. Aquel instrumento que puede cambiar la opinión pública. Ellos lo saben. Pero hay un problema. El problema es que quieren cambiar la opinión de aquellos que pagan esta arma propagandística número 1: los catalanes, en este caso. Sean de derechas o de izquierdas, cristianos o hinduistas…No importa, lo importante es que al mirar “la nostra” no nos preguntemos: ¿Entonces, si soy catalán tengo que aceptar el Estatut y una España federal porque sí?. No, la pregunta que nos debe plantear la televisión pública es: ¿Es bueno el Estatut o es un error? Esta debe ser.

Los Carod, Maragall y cía. han decidido que TV-3 debe reflejar lo que una parte (repito, una parte) de nuestra comunidad autónoma desea…Muy propio de regímenes totalitarios del siglo pasado. Les puede parecer una tontería, pero me baso en hechos. Y el hecho es que el Sr. Escribano (director de “la nostra”…¿la suya?) dijo hace unas semanas en una conferencia en la Universidad Internacional de Catalunya (UIC) una frase muy significativa: “Es bueno hacer prácticas en el extranjero, por ejemplo: Francia, Gran Bretanya, España, Alemania…”. Podría haberse tratado de una broma, pero no, iba muy en serio. Esta es la Tele-misión que el tripartito le ordenó a sus pupilos: “Propagad el Estatut”.

Yo solo les puedo pedir que si no les gusta el país donde viven, que emigren; que si creen que les pagamos para que nos repitan a cada hora lo bueno que es el Estatut, que emigren. Sr. Escribano: ¡Vaya usted al extranjero, al de verdad, haber si aprende algo! Cuando vuelva, hablamos.
(publicado también en: www.iberiasemanal.tk )

El enemigo lo tienen en casa

Es habitual oír últimamente eso de: “Esto va a acabar en la Tercera Guerra Mundial”. La gente no lo dice porque sí ni por la tendencia al sensacionalismo que existe en nuestra sociedad, sino que hay unos fundamentos para plasmar tal afirmación. Con el conflicto de las caricaturas de Mahoma, la victoria de Hamás y las amenazas iraníes sobre el lanzamiento del “gas mostaza” la gente tiene suficientes argumentos para estar asustada.

Desde mi parecer, una Tercera Guerra Mundial no es posible si la entendemos como los dos anteriores conflictos bélicos ocurridos durante el s.XX. Esas guerras eran occidentales. Nada que ver con la situación actual ya que ahora Europa está más unida que nunca. Lo que sí se está empezando a dar (es más, empezó aquel funesto once de septiembre de 2001) es una Guerra Mundial de Intereses Islámicos para hacer pagar su pobreza y su mero desarrollo a Occidente, ya que creen que es el causante de todos sus males. Una guerra sustentada en las amenazas y en los atentados en nombre de Alá y Mahoma, en definitiva, lo que ellos mismos llaman la Guerra Santa.

Pero lo que Oriente Próximo desconoce es que el enemigo lo tiene en casa…Más cerca de lo que cree. Su fanatismo, su tozudez por unir religión y Estado, y su desprecio hacia la occidentalización son sus males, unos males que solo ellos pueden remediar. Es hora que la pasión deje paso a la razón (el romanticismo ya ha hecho suficiente daño a la historia mundial), que las armas se conviertan en rosas y que la guerra y la violencia sean, para bien de todos: paz y amor.
(publicado también en
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miércoles, febrero 01, 2006

Derecha e izquierda

En referencia al comentario que Phillips ha dejado en mi anterior entrada, me gustaría aclarar brevemente que es para mí "ser de derechas" y "ser de izquierdas". Cierto es que hoy por hoy los términos derecha e izquierda se han desplazado de su ideología inicial. Aunque pienso que son muy útiles para poder diferenciar las distintas opciones políticas.
En mi opinión "ser de derechas" es hoy día, ante todo, creer en la propiedad privada, en la mínima nacionalización de las empresas y en respetar unos valores morales y éticos acordes con las leyes naturales. Por el contrario, "ser de izquierdas" representa estar de acuerdo con la subida de impuestos con tal de que los servicios públicos mejoren, en defender el mayor número posible de empresas nacionalizadas (por tanto, no creer en la propiedad privada) y en proteger unos valores sociales de todo tipo mientras transgredan lo natural.
No sé si con esto aclaro algo, pero esta es una idea cercana de lo que creo.