miércoles, julio 05, 2006

Gràcia is CLOSed!


Y lo mejor de todo es que va a volver a salir elegido. Clos, el alcalde más criticado y bochornoso que ha podido tener Barcelona en su larga vida, alzará otra vez su puño incívico con la ayuda de sus votantes socialistas. Poco antes de estas elecciones municipales, el alcalde del Fórum y de las multas a tropel ha decidio hacer del barrio de Gràcia un jardín de paseo.

¿Qué bonita idea se dirán algunos? Pues no. Clos solo pone trampas y más trampas a los ciudadanos para que cada día que pasa paguemos una multa más. Ahora, su última gran GRACIA-tada ha sido cambiar todas la calles de dirección e inventar semáforos y pivotes que obligarán a los vecinos a pagar una tarjeta ORO para poder acceder a ciertas zonas. El objetivo: hacer de Gràcia un barrio peatonal, sin coches...Las consecuencias: más dinero para el alcalde anestesiado (no olviden que es médico especializado en anestesiar, y con Barcelona lo está aplicando al 100%), joder a los comercios del barrio (la gente vendrá a comprar menos ya que la entrada en coche es imposible) y rejoder a los vecinos en general (tenemos que pagar por ir por ciertas calles). En defintiva, Clos ha decidido cerrar Gràcia y hacer de este barrio tan mítico su fuente de ingresos principal.

El alcalde de la Barcelona del s. XXI pensaba que convencería a todos a base de anchas calles y pocos automóviles...Pero no se da cuenta que en este siglo los vehículos son esenciales para que la población se desplace; y que acera para andar y brincar ya tenemos de sobras. ¿Qué quiere que la gente venga a comprar y se mueva por Gràcia con transporte público? Pues así no lo va a conseguir. Las personas no son tan manipulables, los barceloneses lo que quieren es poder hacer cómo y cuándo quieran.

Pero si una cosa es cierta, es que a Clos le gusta el color verde...Pero no el de los campos ni jardines. Le agrada ese que cabe en el billetero y que los bancos guardan bajo llave, sobre todo el suyo. Por eso, porque como él ya se ha cubierto de gloria, Barcelona merece otro alcalde. Socialista, independentista, popular o convergente, no importa. Lo esencial es que de aquí a unos meses, Clos disfrute sus millones lejos de la Ciudad Condal; mientras su sustituo intente llevar a cabo una política municipal enfocada al beneficio del ciudadano, y no al de su cartera.