viernes, noviembre 10, 2006

La noche en la que unos Ciudadanos entraron en el Parlament


Todos lo sabían y nadie lo quería aceptar. El Partido de la Ciudadanía ya está en el Parlament, y aunque a muchos les duela, con el apoyo de 90000 catalanes, sí sí, CATALANES. Tachados de fachas y payasos, los de Albert Rivera representarán con tres escaños a todos aquellos catalanes que nos sentimos sometidos a una política lingüística exacerbada y un nacionalismo excluyente sin precedentes.

Para justificar esta subida del "no-nacionalismo", los distintos partidos han recurrido a lo del bilingüismo, que es la única baza, a su parecer, que tiene Ciutadans. De ellos dicen que no tienen programa, ni ideas y que por esta razón, en las próxima elecciones van a desaparecer del mapa electoral catalán. Saben que mienten. Ciutadans, cierto es, hace política con la bandera del bilingüismo en mano y sin dejarla un momento; pero es que además saben de política y estan preparados. Su programa no es de derechas ni de izquierdas, sino que engloba lo mejor de ambas ideologías. Invertir en lo realmente importante es la base de su idiosincracia: más en educación y menos en "monolingüismo".

Cataluña se merecía un partido así, capaz de plantar cara a una ideología que ni el PP catalán se atrevía a pellizcar. Carod estaba cogiendo demasiada fuerza, y la sigue teniendo; aunque a partir de ahora encontrará una piedra, bastante rocosa, en un camino que creía allanado. Ahora todo el mundo sabrá qué: los comerciantes están obligados a poner sus rótulos en catalán, que se presiona para que el etiquetaje también lo sea, que se investiga el idioma de médicos y profesores y que els Governs anteriores habían tirado más dinero en promocionar el catalán que en invertir en infraestructuras.

Decía Albert Einsteim que "el nacionalismo es una enfermedad infantil. Es el sarampión de la humanidad." No sé si tendrá razón, pero sí es cierto que el nacionalismo está sembrando el odio entre catalanes, españoles y apátridas. Porque todo nacionalismo, español como catalán, no trae más que problemas. Esperemos que Ciutadans empiece a saturar todas estas heridas abiertas que nunca tendrían que haber empezado a sangrar.