martes, octubre 03, 2006

Un mes de trabajo, para cuatro años de vacaciones


Todo Octubre para venderse, para comprar votos, para meterse en el bolsillo a toda la sociedad catalana. Ahora llegan las prisas, las diarreas y todo aquello que Nostradamus no dejó escrito para hacer creer a la población que durante tres años se ha llevado a cabo algún tipo de política. Un sprint de un mes...Viajes por los mercados, por los barrios más profundos...Que, lógicamente, tienen un posterior descanso y unas vacaciones pagadas de una legislatura (o menos, si gobierna un 3partito, que se queda, claro, en 3).
Este mes escucharemos las falsas promesas y unos mensajes que nos llevarán a Alicia (o Carod, o Montilla, o Saura, o Piqué o Mas) en el país (¿comunidad quizás?) de las maravillas (sí, en el último mes, todo son maravillas). Pagaremos menos impuestos, nuestros hijos tendrán guardería gratuita, se controlará la inmigración...¡Qué vuele la imaginación! Pero ya lo decía Shakespeare en su Hamlet hace unos siglos: "Palabras, palabras, palabras..." Esta es la frase que mejor ha definido, define y definirá las campañas electorales.
Total, que de aquí un mes sabremos quién gobernará esta comunidad (dígase nación, país o Estado...al gusto de los sentimientos del consumidor), cómo lo hará y en qué condiciones. Pero lo que no será ninguna sorpresa, es que todos habrán renovado su contrato vacacional para cuatro años más...Aunque siempre queda la esperanza de que alguno deje la caipirinha para empezar los deberes, atrasados, claro.